Dispersión y calidad son las cualidades con que a duras penas consigue el Johnnie Music Festival englobar las actuaciones de postín que, repetidamente, se vienen sucediendo en el Patio del Cuartel del Conde Duque. Anoche corría turno para Elvis Costello, una de las figuras de la «nueva ola» de los setenta que mejor ha sabido encaminar su posterior carrera artística (pese a tropezones pretenciosos, como su colaboración con el Brodsky Quartet), situándose entre los grandes del pop británico, entre la nobleza de los excelentes compositores de música popular que han dado las islas. Ahora que cunden los divorcios entre las cúspides inglesas, Costello se ha reconciliado para All This Useless Beauty, su último disco, con los Attractions, el grupo al frente del cual dio a conocer su imagen de sosias de Buddy Holly desde su primer album, My Aim Is True. De entonces y de ahora fueron las canciones que formaron ayer el repertorio del artista, disfrutado por un público que volvió a ocupar en buen número el Conde Duque, aunque con temperatura más alta que en citas precedentes. En la imagen, Costello en un momento de su actuación
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