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La Habana, (PL) La vida del músico británico Elvis Costello nunca ha sido un cuento de hadas, pero aun así se propuso resumir sus 40 años de trayectoria artística en el libro Unfaithful Music & Disappearing Ink.
"Música desagradecida y tinta que se esfuma" sería una apropiada traducción para este volumen de 700 páginas que a tan sólo horas de su publicación ya está dando de qué hablar en el mundo literario y musical.
No es para menos, pues se trata de un artista cuyas inclinaciones políticas y convicciones personales muchas veces pesan más en los medios que su incuestionable talento: así ha sido su proceder siempre, al filo de la navaja.
En Unfaithful musicâ Costello narra los pasajes más recónditos de su historia personal con su habitual tono ácido e irreverente, sin moldes ni ataduras.
"Lo de darme el nombre de Elvis fue cosa de mis productores que buscaban hacerme más atractivo al público, algo que evidentemente mi preciosa cara y carisma animal no lograban", reza cínicamente uno de los pasajes del libro del artista, nacido en 1954 bajo el nombre de Declan Patrick MacManus.
Ese es el anticipo de un texto que más que un relato personal constituye patrimonio de la cultura del rock de los años 1970 hasta la actualidad.
Uno de los principales atractivos de estas "memorias" son las referencias a sus inicios, cuando Costello no lograba hacerse un hueco en el competitivo mercado sonoro de aquella etapa.
Sin encontrar otra alternativa, en 1977 se plantó guitarra en mano a los bajos del edificio donde radicaba la compañía CBS Records y dio rienda suelta a su casi desconocido repertorio.
Cuando apenas llevaba un par de tonadas sucedió lo inevitable: la policía arremetió contra él y sus instrumentos y lo condujeron a la comisaría, como si de un delincuente común se tratara.
Pero la jugarreta le salió bien al poco agraciado jovenzuelo nacido en Londres y en apenas meses logró un contrato del cual surgió su primer disco como profesional: My aim is True (1977).
CUANDO UNA NOCHE CAMBIA TU VIDA
Al poco tiempo, ganó prestigio en su natal Inglaterra y en Estados Unidos, pero aún con tres discos en su haber su vida personal y carrera seguían sin un rumbo definido. Hasta el momento el londinense había sido un joven rebelde y con ciertos complejos, algo que tuvo su clímax una noche de 1979 cuando un ebrio Costello ofendió públicamente a las leyendas de la música negra James Brown y Ray Charles con comentarios racistas subidos de tono.
El suceso se volvió un fenómeno de interés nacional en suelo estadounidense y su protagonista tuvo incluso que convocar a una conferencia de prensa para disculparse públicamente.
Su imagen quedó dañada durante un largo período pero le llevó a recapacitar sobre sus acciones de antaño y comenzó a apoyar causas justas hasta nuestros días, algo que sin dudas también se reflejó en su manera de hacer música.
Entre estas nobles acciones se pueden citar conciertos en apoyo a la erradicación del racismo en Reino Unido (Rock Against Racism), actos por la liberación del líder sudamericano Nelson Mandela y el sustento de una vida vegetariana como único medio de protección del reino animal.
Tras dejar todo el revuelo causado por este lamentable incidente, la trayectoria de Costello fue en curva ascendente hasta lograr convertirse en uno de los más influyentes músicos de su generación.
Entre sus joyas musicales más preciadas destacan incontables colaboraciones con su amigo y colega Paul McCartney, así como tres de sus 24 fonogramas, considerados por la revista Rolling Stone entre los 500 mejores discos de la historia.
"Durante un tiempo fui un bastardo arrogante, el alcohol me hacía amplificar cualquier cosa que molestara mis entrañas, siempre buscaba meterme en algún tipo de problema", así de visceral se tornan las páginas de sus memorias que prometen, como mínimo, no dejar a ningún lector indiferente.
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