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Elvis Costello ha vuelto al rock después de otras aventuras musicales que lo arrastraron al borde del clásico contemporáneo, como su anterior disco, Las cartas de Julieta, con el cuarteto Brodsky. Costello, considerado en su momento uno de los exponentes más brillantes del nuevo rock británico, ha grabado Brutal youth con los Attractions, el grupo con el que empezó su carrera musical en 1977. Ha querido retroceder hasta el principio de su carrera no sólo acompañándose del viejo trío, además de Nick Lowe -otro amigo de los orígenes-, sino recomponiendo su imagen lo más cercana posible a la que tenía hace 17 años. Quedan en el olvido las barbas y el pelo largo de los ochenta y la imagen sobria de traje y gafas de montura fina de hace sólo un año atrás. Otra vez las gafas de concha a lo Buddy Holly y un atuendo en negro y rojo, mucho más rockero, nos devuelven al Costello de los principios, con unos kilos de más y la vieja y simpática sonrisa de dientes torcidos de siempre. "Mi trabajo con el cuarteto Brodsky fue una colaboración muy interesante, como las que pienso seguir haciendo, de esa forma inusual, en el futuro", dice Costello. "Pero lo mío es el rock and roll y he querido volver con la mejor banda que conozco: los Attractions". El nuevo álbum, Brutal youth (Juventud brutal), saldrá a la venta el 4 de marzo. Un título que según él resume el espíritu de ese puñado de canciones que recobran el sonido de My aim is true. "Sin dejar de tener una mirada hacia adelante, pienso que no se deben olvidar las cosas buenas del pasado. Hay cosas que uno aprende con los años y que sabe que funcionan, lo que te permite expresar con mayor eficacia tus sentimientos. Las canciones de Brutal youth sólo podrían haber sido escritas hoy", afirma.
Elvis Costello, que este año cumple 40, no se considera un pesimista, aunque buena parte de sus temas destile un amargo aroma. "Hay mucho material para escribir en los conflictos, más que en el idealismo, pero eso no me hace pesimista o cínico".
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